domingo, 18 de octubre de 2009

-Se van a camionadas carajo!-

(Una tarde de sauna, en los Olivos).


-Ya ta' ah'!... ya cambié el eucalipto, ahora sí pueden entrar- (dijo el muchacho que cambia los eucaliptos).



Había pasado el mediodía y el reloj de frutitas, colgado en una de las cuatro paredes de color celeste de aquel húmedo cuarto no me dejaba mentir. Dejé que entren primero aquellos señores de más de 70 kilos; con bigotes negros rechonchos y con calvicie; de short-res cortísimos de colores opacos, alguno por ahí lucía un azul con filo rojo, otro un celeste con rayas “Adidas” blancas y etc.; todos con sandalias de jebe en las cuales sólo entraba la mitad del pie. Luego, un par de jóvenes ancianos hicieron su entrada cuyos pechos ya arrugados aún expulsaban vapor producto de su larga estadía en la cámara seca (lugar cerrado, habitación donde sólo hay un radiador gigantesco). Qué? quieres saber cómo estaba vestido yo? deja que tu imaginación trabaje (suave no más).


(…) Así que entramos en la famosa cámara -húmeda- a la que hacía referencia el muchacho, el que cambia los eucaliptos,  al inicio de este relato; me senté en un segundo escalón y me recosté, mientras el vapor del eucalipto fresco empezaba a hacerse denso y se abría espacio adentro en mis pulmones, y demás; del techo de rato en rato, caían gotas calientes -super calientes, recontra super archi calientes-; el vapor ya llenaba el ambiente y todos empezaban a desaparecer a la simple vista, así que cerré mis ojos:


-Así pues, como te decía, Luchita quiere hacerle el babychaguer, babyshower o como se llame esa cojudes; no sé por qué hacen todo eso, sólo logran estresar a uno carajo-.


-Sí sí, Helena también fue uno el mes pasado, una gastadera de plata no más es eso, qué hacen? van, se sientan y empiezan a hablar de fulanito de tal esto y fulanita de tal lo otro; mientras que uno es quien tiene que buscarse los frijoles en este país de mierda-.


-Ah! no sabes, mi sobrino Juan se quitó a España el domingo pasado, se lo llevó su tía, una hermana del primo de su mamá, una vaina así; el chibolo ya está chambeando ya. Piensa ahorrar para estudiar algo por allá-.



-Ah! me parece buena idea. Ójala le vaya bien. Mi sobrina también se fue hace dos días a Estados Unidos, no sé de dónde diablos sacó una beca y se fué-.


-Oe Rubén, vas a ir a la pollada de el loco Darío?-.


-Mmm... no sé, creo que sí, ya le dije a Moniquita y me dijo que iba a ir su cuñada Teresa, esa que ha venido de Suecia después de cuchucientos años; así que quiere que estemos ahí-.


-Así? y qué tal está ah?, dile que me la presente pues, que no sea malita-.


-Jaja! no sé qué tal estará, pero le voy a decir pa' ver qué sale-.


-Ya pues, fácil caigo por ahí a las 8 ó 9 de la noche-.


-Has visto eso que dice Alan?, esa vaina que va a seleccionar a los chibolos que ocupen los primeros lugares de las universidades y los va hacer chambear para el Estado?-.



-Ah! sí sí. Bastante los va hacer chambear. Si no fuera por esas compañías transnacionales que se los llevan. Les pagan bien carajo-.


-Sí pues, algunos que son tan chancones que se quitan al extranjero a hacer su posgrado y ya se terminan quedando por allá. Se consiguen su gringa carajo y la hacen linda por allá-.


-Se van a camionadas carajo-.


Todos los jóvenes se estaban yendo. De pronto me di cuenta que me estaba quedando solo! –en ese cuarto-. Todas las voces eran de personas mucho mayores que yo, personas mayores, con personalidades ya formadas e historias ya casi terminadas de narrar a su edad, de distintos tipos de vida, pese a que siempre mencionan aquel utópico cambio. Ese cuarto lleno de vapor bien podría simbolizar un Perú, un Perú sin jóvenes, lleno de viejos renegados y cansados; no necesariamente respecto a lo físico, sino -incluso mucho más importante- que también mental, jóvenes viejos.



Así que mejor yo también me quité (...) de aquella habitación llena de vapor.




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[Aquí les dejo un video de los Mojarras. Actualización basada en la primera edición, de por allá: inicios de los noventas]








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