viernes, 25 de marzo de 2011

La Evaluación: cómo nos “medimos”? (Parte I)

Siempre he considerado que la formación educativa en cada sociedad siembra las bases esenciales para su desarrollo y sostenibilidad. Y una de las herramientas básicas para señalar un norte de este desarrollo es la Evaluación. Aquí les presento una primera parte de la importancia de este tema.


INTRODUCCIÓN


La educación en España, a nivel de la Unión Europea, se ha visto protagonizada en los últimos años con titulares e informativos que hacen referencia a su rol “poco protagónico” obtenido en los diversos indicadores educativos, dentro de los principales tenemos el informe elaborado por el Programme for International Student Assessment (PISA) cuya responsable es la Organización para la Cooperación Económica y de Desarrollo (OECD), el cual se encarga de dar una referencia sobre cuáles son los países que más avanzados se encuentran en la formación de científicos o técnicos; según, además, el cual señala que España ocupa el lugar 33 de la lista.


Pero, para ir centrando nuestro tema, por qué son importantes los resultados de esta Evaluación? De qué manera la Evaluación rendida por los estudiantes no sólo les afecta a ellos, sino también a nosotros como país? Cómo una Evaluación compromete a nuestro sistema educativo a partir de sus resultados?


Como podemos ver, el estudio no girará en torno al PISA, sino a la Evaluación como tal. Hacemos referencia al PISA, porque nos parece un punto de partida, un ejemplo oportuno para empezar a abordar el tema del presente post: “La Evaluación”, que puede ser entendida desde sus diversos aspectos en un único concepto; pero cuya finalidad siempre podría ser diversa. ¿Cuál es? ¿Cuáles son? Bueno, para respondernos a estas preguntas, a continuación veremos algunos temas implicados en su desarrollo.


DEFINICIÓN


Para entender la Evaluación, podemos partir de una idea concreta, que nos la da la Real Academia Española, que la señala como “Examen escolar”. Por lo que, al afirmar que se trata de un examen ya estamos ingresando a entenderla como un instrumento por el cual nos permitiremos estimar un algo, o que también la estamos aceptando como una herramienta que nos servirá para saber qué mérito otorgarle a aquello que intentamos medir valorativamente.


Por otro lado, y ya dirigiéndonos a un plano más abstracto, también podemos concebir que la Evaluación es la determinación sistemática del mérito, el valor y el significado de algo o alguien en función de unos criterios respecto a un conjunto de normas.


Es así pues, que afirmamos que la Evaluación se encuentra en todos los ámbitos de nuestras vidas, tanto para medir y evaluar nuestros signos vitales al nacer, durante los exámenes en la escuela, o la universidad; y que también dentro de nosotros mismos, en tanto que nos permitimos medir evaluando a las otras personas, de acuerdo a su comportamiento y actitudes, asignándoles una valoración inconsciente, nuestros gusto por determinadas comidas, ropas, etc., por ejemplo.


Entonces, ya centrando nuestro tema, nos ceñiremos en el presente trabajo a aquella Evaluación que pertenece al ámbito concreto, a la herramienta que nos permitirá estimar y caracterizar determinadas materias o programas educativos; y que a partir de sus resultados, podremos realizar tareas tales como, por ejemplo, las que desarrolla el Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación que es el de elaborar el Sistema estatal de indicadores de la educación que contribuirá al conocimiento del sistema educativo y a orientar la toma de decisiones de las instituciones educativas y de todos los sectores implicados en la educación; o simplemente saber acerca de nuestro desempeño en una determinada materia de ciclo.


ORIGEN Y DESARROLLO


Al asumir la Evaluación en su dimensión concreta, la de números, cifras e índices, podríamos tener la tendencia de concebirla como una Escala de Medición, lo cual no estaría lejos de la realidad; ya que en sus comienzos, en su utilización formal de las medidas de campo en las ciencias humanas, en la psicología específicamente, durante la segunda mitad del siglo XIX, los trabajos de R. Fechner introducen la medición psicofísica en los laboratorios de psicología experimental, y luego al estudio de las diferencias individuales, en donde surge la psicometría.


Ello se continuó desarrollando hasta principios del siglo XX, en donde uno de los retos para el campo de la pedagogía incluía el de crear un test que sirviera para elaborar escalas de comprobación de conocimientos escolares, ya que los test psicofísicos o de laboratorios resultaban insuficientes para cubrir las áreas propias del rendimiento escolar. No fue hasta 1904 con la publicación de “Introducción to the Theory of mental and social measurement” de R.L. Thorndike, en que se estableció la vigencia de la medición en pedagogía.


Ya a partir de 1910, se introdujo las escalas de redacción, ortografía y cálculo aritmético. Luego, con la publicación de la primera edición de los Stanford Achievement Tests, en 1923, se definieron muchas de las actuales características de la medición educativa. En 1947, el Educational Testing Service, en Estados Unidos, elaboró la mayoría de las pruebas de rendimiento en universidades, escuelas profesionales, organismos gubernamentales, entre otros organismos. Cabe señalar, además, que este tipo de Evaluaciones otorgaban información acerca del rendimiento del sujeto evaluado, mas no de los programas escolares o del desarrollo del currículum, no se planteaba la posibilidad de que éste no fuera el correcto o que tuviere errores… hasta la llegada de la perspectiva dinámica, que será parte de nuestro siguiente post!


 








domingo, 13 de marzo de 2011

La Evaluación: cómo nos “medimos”? (Parte II)

Continuando con el post anterior, habíamos visto que la Evaluación como herramienta en la formación educativa, posee variadas concepciones, pero que era fácilmente confundida con el de la Medición. Respecto a ello, terminamos por asumir su estado concreto y por tanto su papel dentro de las evaluaciones pedagógicas, en las que otorgaban información acerca del rendimiento del sujeto evaluado, mas no de los programas escolares o del desarrollo del currículum, no se planteaba la posibilidad de que éste no fuera el correcto o que tuviere errores… hasta la llegada de la perspectiva dinámica.


Sin embargo, dicho ésto, la Evaluación empieza a tener una perspectiva dinámica. En 1932, el profesor R.W. Tyler, a cargo de una investigación, insistió que el currículum necesitaba organizarse en torno a unos objetivos, los cuales debían de guiar al profesor y servirían como criterios para seleccionar materiales, concretar contenidos, desarrollar procedimientos instruccionales y preparar los exámenes. Como base para un estudio sistemático del programa, había nacido ya la Evaluación propiamente dicha.


Es así que con ello, la Evaluación empieza a tener un papel casi neurálgico en la elaboración de los programas, ya que para Tyler, ésta debía de tener como objetivos además determinar el cambio ocurrido no sólo en el estudiante, sino también en los padres y profesores. Servía para informar además sobre la eficacia del programa educativo y para el perfeccionamiento continuo del docente.


LA EVALUACIÓN Y SU FINALIDAD


Ya centrada la concepción de la Evaluación, podemos desprender de lo señalado hasta el momento que el verdadero valor intrínseco de ella es la que va ligada a la construcción de un tipo de específico de conocimiento: el axiológico. Lo que implicará la creación de una cultura evaluativa donde ubicar este tipo de conocimiento, por lo que la Evaluación legitima el valor de ciertos aprendizajes frente a otros y les otorga un reconocimiento social y educativo.


Con lo desarrollado hasta el momento, podemos ya hacernos una idea de las funciones que cumple la Evaluación; sin embargo, debemos de tener presente que para determinarlas de una mejor manera debemos hacer una distinción entre los dos ámbitos de la Evaluación, la formativa y la sumativa. Mientras que la primera de ellas centra su función en los procesos de mejora desde su inicio; es decir, es aquella evaluación que utiliza el constante estudio de sus herramientas para optimizar y obtener de la mejor forma los resultados posteriormente obtenidos; la sumativa, en cambio, se enfatiza en éstos últimos, persiguiendo además su control como finalidad, basada centralmente en las cifras obtenidas.


Incluso, además algunos autores afirman la existencia de una tercera función evaluativa: la diagnóstica. Cuya finalidad se basa principalmente en examinar los aspectos previos que permiten tomar decisiones antes del inicio del proceso educativo, sin embargo muchos consideran que ésta forma parte de las funciones de la Evaluación formativa, reduciéndose nuevamente a las dos funciones anteriormente dichas.



CONCLUSIONES


Con lo que ya habíamos tratado de señalar al comenzar el presente trabajo, haciendo referencia a los resultados de la evaluación obtenidos por el informe de PISA, ahora podemos afirmar ciertamente que la concepción de la Evaluación es entendida desde sus diversos aspectos en un único concepto; pero cuya finalidad (sumativa, formativa o diagnóstica) siempre podrá ser diversa, dependerá del momento o de la necesidad y de nuestra capacidad para poder utilizarlas complementariamente.


En ese sentido, cada momento y situación, atendiendo a las diversas modalidades y finalidades de la Evaluación, podremos actuar con ellos mediante:


a) Una evaluación inicial que nos permita detectar los conocimientos previos de los alumnos, sus posibles alteraciones o disfunciones, así como su disposición, interés y motivación respecto de la asignatura en general y respecto a los contenidos de la misma;


b) Una evaluación formativa que, realizada a lo largo del proceso educativo, nos informará de la necesidad o no de realizar ajustes en la programación con respectos al grupo entero o con respecto a los alumnos individualmente; se facilitará además los mecanismos para que el alumno realice una autoevaluación formativa integrada en su proceso de aprendizaje;


c) Una evaluación final, la cual determine hasta qué punto se han conseguido las intenciones educativas que se habían propuesto y valora los resultados del aprendizaje para comprobar si alcanza el grado de desarrollo deseado, que además facilite a los profesores información sobre su actuación educativa y permite tomar decisiones al respecto; que implique al alumno el proceso de autoevaluación y por último la orientación personal educativa, académica y profesional, en la medida de lo posible.


Como sabemos, hoy en día, nosotros, los estudiantes universitarios, estamos sumergidos en una serie de Evaluaciones, ya sea por un régimen académico cotidiano, o por un también sistema evaluativo que genera cambios en el sistema de enseñanza de España y del resto de países.


Una prueba de ello, es que estas evaluaciones han permitido que grandes cambios y avances formativos sean desarrollados, tal como los que incorpora el Plan Bolonia, creado hace más de 10 años en la Unión Europea, como es el de la reforma de la universidad, en el que se pretende homologar los estudios universitarios a nivel de Europa. Puede ser además, una verdadera transformación de la universidad, pues su objetivo es situar al estudiante en el centro de todo el proceso formativo. Incluso, potencia la movilidad de estudiantes y garantiza la calidad de los estudios universitarios en todos los países miembros del Espacio Europeo de Educación Superior.


Como vemos, la Evaluación pasa de ser una herramienta clave en el desarrollo de nuestros sistemas de enseñanzas; sino que además su correcta y constante implementación nos permite generar nuevos campos valorativos y fortalecer aquellos que no percibido la atención debida, convirtiéndose en una necesidad. Así es, necesitamos de la Evaluación, ya sea por nosotros mismos o por algún tipo de examen, para darnos cuenta de nuestros puntos fuertes y débiles, y así permitirnos seguir creciendo como personas y/o como nación.


 









 


 


 


BIBLIOGRAFÍA


- PÉREZ, Raquel. La Evlauación. Didáctica y Currículum. 2011.


- MATEO, Juan y MARTÍNEZ, Francesc. (2008) “Medición y Evaluación educativa”. Madrid. Editorial La Muralla S.A.


- MINISTERIO DE EDUCACIÓN – GOBIERNO DE ESPAÑA


Bienvenidos. Instituto de Evaluación. Madrid.


Fecha de consulta: 23 de enero de 2011.


[http://www.institutodeevaluacion.mec.es/ievaluacion.html]


- MINISTERIO DE EDUCACIÓN – GOBIERNO DE ESPAÑA


Sistema estatal de indicadores de la educación. Edición 2010. Instituto de Evaluación. Madrid.


Fecha de consulta: 23 de enero de 2011.


[http://www.institutodeevaluacion.mec.es/ievaluacion/sistema-indicadores/Edicion-2010.html]


- MINISTERIO DE EDUCACIÓN – GOBIERNO DE ESPAÑA


Panorama de la Educación, Indicadores de la OCDE 2010 – Informe Español. Edición 2010. Instituto de Evaluación. Madrid.


Fecha de consulta: 23 de enero de 2011.


[http://www.institutodeevaluacion.mec.es/dctm/ievaluacion/internacional/panorama-de-la-educacion-201028oct2010.pdf?documentId=0901e72b805b24ed]


- GIMENO SACRISTÁN, José


“El poder mágico de los números y el informe PISA”. El País. 14 de enero de 2011.


Fecha de consulta: 20 de enero de 2011.


[http://www.elpais.com/articulo/sociedad/poder/magico/numeros/informe/PISA/elpepusoc/20110114elpepusoc_12/Tes]


- OPPENHEIMER, Andrés


“Lo importante, e ignorado, en el 2010”. El País. 03 de enero de 2011.


Fecha de consulta: 20 de enero de 2011.


[http://www.elpais.com/articulo/internacional/importante/ignorado/ano/2010/elpepiint/20110103elpepiint_8/Tes]


- PROGRAMME FOR INTERNATIONAL STUDENT ASSESSMENT (PISA)


Marcos teóricos de PISA 2003. Conocimientos y destrezas en Matemáticas, Lectura, Ciencias y Solución de problemas. París.


Fecha de consulta: 18 de enero de 2011.


[http://www.pisa.oecd.org/dataoecd/58/25/39732603.pdf]

lunes, 17 de enero de 2011

El Camp Nou, y els fanàtics.

Particularmente no me siento un fanático del fútbol y “desconozco mayormente”, quizá lo noten con la redacción de este post. Lo digo con toda sinceridad. Será porque desde pequeño empecé a practicar el karate, también será porque a mi papá –o a mi mamá- tampoco le llamaba mucho la atención como para estar al pendiente, o quizá además porque lamentablemente en el Perú ver el fútbol pasa a ser una dosis de bilis, resentimiento, una frágil alegría llena de silicona –en ciertos casos-, o simplemente –reduciéndose a- una fuente más de muchos problemas sin resolver, al fin y al cabo.


Sin embargo, el día de ayer, por la noche, tuve la oportunidad de ir a ver jugar al Barça, –Barcelona FC- contra el Málaga. Como todos saben, el Barcelona goza de una fama increíble, ha ganado todas las copas del mundo en cuanto ligas y torneos de clubs internacionales se refiere, tiene entre sus líneas a grandes jugadores, y un background en cuanto a marketing, y mercado, tremendo. Sin dudas, sino el más importante, uno de los mejores a nivel mundial.


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Saliendo del Metro –Les Corts, L3- la cantidad de gente en las calles y bares ya era abrumadora. Polícias y Mossos d´esquadra dando vueltas por todos lados, deteniendo el tráfico, movilizando a la masa, etc. Entre esta cantidad de personas, habían muchos turistas, la gran mayoría con sus bufandas o banderolas recién compradas, con cámara en mano caminando entusiasmados. Luego de dos o tres cuadras más ya pudimos ver el Camp Nou. Qué gran Estadio.


El lugar era el asiento 008, en la fila 2, de la boca 413, que estaba ingresando por la puerta 34, que quedaba cerca al acceso 14. Lugar que, por la creciente emoción, nunca encontré, por lo que nos sentamos en unos asientos de “por ahí”, que los encontramos libres.


Yo me senté al lado de una señora que empezó a reclamarle a otra que los asientos estaban mal dados, me volví a ella y le dije –algo mareado por la altura, impresión y demás- que me disculpara pero es que era la primera vez que venía y no estaba seguro si es que era el asiento correcto. A lo que me dijo amablemente que no me preocupara, que su hijo, cuyo asiento era ese precisamente, ya no vendría así que no me preocupara –no pasa res, cap problema-. Solucionado ésto, lo que quedaba era disfrutar del espectáculo. El cual empezó pronto, a los 7 minutos con el primer gol del Barça. El grito de Gol! se convirtió en uno, en todo el coloso, los oídos no me dejaron de chillar con cada algarabío, con cada pifeada, con cada insulto, con cara barra alentadora.


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Me pareció increíble la gran afición que se vivía en todo el estadio, sin lugar a dudas el tiempo se estaba pasando muy rápido; la señora que estaba sentada a mi lado me daba la impresión de ser una periodista deportiva dedica al 100%. Ella con su amiga, comentaban y debatían los goles que se habían marcado hasta el momento por cada jugador a lo largo de la temporada, se sabían los cánticos ni bien se empezaban a escuchar los primeros coros, se sabían las barras, y cuando el árbitro les parecían un “gilipollas”, ellas eran las primeras en gritárselo. Qué tremendas. A su lado me sentía una adolescente que colecciona poster del Bieber.


Como comenté al iniciar este post, no me considero un “fanático” del fútbol, pero también considero que tengo el mínimo de hincha como para reconocer que cuando un equipo juega y lo hace bien, y al mismo tiempo que la emoción de cada jugada te pone la piel de gallina, ignorando hasta el mismo frío; hace a uno sentirse parte de él y a estar orgulloso de sus triunfos y al mismo tiempo lamentar y aprender de sus derrotas. “I ara, encara em costi reconèixer, el futbol, amb el Barça, és més que un club de fanàtics”.


[vimeo http://www.vimeo.com/18867964 w=400&h=300]

Camp Nou - Barcelona from Diego Ganoza on Vimeo.

domingo, 2 de enero de 2011

Intercambios de regalos, la ruleta rusa de un momento

En estos días de fiestas, de “regocijos”, de salidas y emocionantes encuentros, he estado revisando mi Facebook. En él he estado observando fotos de amigos y colegas que no veo hace ya buen tiempo. Muchos ya trabajando y pasándola de lo más genial. Y una de las cosas que más me ha llamado la atención son las publicaciones que han hecho de sus reuniones de “compartir”.


Este tipo de reuniones –el compartir- es un clásico. Se brinda panetón, chocolatada y/o gaseosas en vasos de plásticos. La gente come, comenta, se acuerda de anécdotas y las comparte con el resto. Luego, cuando alguien se anima, se empieza con la ronda de entrega de regalos de los amigos “secretos”, cuyo rol supuestamente lo han estado desempeñando durante las semanas anteriores.


Lo peculiar de este momento es que se trata de regalos que provienen de personas que “generalmente” desconoce tus gustos y aficiones, por lo que para conseguir algo que te gustase han debido de recurrir a mil y un formas insospechadas para que uno no se de cuenta sobre su rol inquisitivo, o simplemente adivinar.


Llegado el momento, la frase clásica siempre será “ojala que te guste” acompañada siempre de una sonrisa. Empiezas a abrir el regalo, previamente examinado por su forma y tamaño tratas de adivinar qué es. Una vez descubierto totalmente lo miras y ocurren dos cosas: o te gusta o no te gusta, creo que en la mayoría de los casos la gente cae en el segundo supuesto. Así que no queda otra de sonreír mientras se suelta un “gracias”.


Personalmente, hace ya buen tiempo que no acudo a un Compartir, será ocasión de organizar uno.


 


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