lunes, 17 de enero de 2011

El Camp Nou, y els fanàtics.

Particularmente no me siento un fanático del fútbol y “desconozco mayormente”, quizá lo noten con la redacción de este post. Lo digo con toda sinceridad. Será porque desde pequeño empecé a practicar el karate, también será porque a mi papá –o a mi mamá- tampoco le llamaba mucho la atención como para estar al pendiente, o quizá además porque lamentablemente en el Perú ver el fútbol pasa a ser una dosis de bilis, resentimiento, una frágil alegría llena de silicona –en ciertos casos-, o simplemente –reduciéndose a- una fuente más de muchos problemas sin resolver, al fin y al cabo.


Sin embargo, el día de ayer, por la noche, tuve la oportunidad de ir a ver jugar al Barça, –Barcelona FC- contra el Málaga. Como todos saben, el Barcelona goza de una fama increíble, ha ganado todas las copas del mundo en cuanto ligas y torneos de clubs internacionales se refiere, tiene entre sus líneas a grandes jugadores, y un background en cuanto a marketing, y mercado, tremendo. Sin dudas, sino el más importante, uno de los mejores a nivel mundial.


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Saliendo del Metro –Les Corts, L3- la cantidad de gente en las calles y bares ya era abrumadora. Polícias y Mossos d´esquadra dando vueltas por todos lados, deteniendo el tráfico, movilizando a la masa, etc. Entre esta cantidad de personas, habían muchos turistas, la gran mayoría con sus bufandas o banderolas recién compradas, con cámara en mano caminando entusiasmados. Luego de dos o tres cuadras más ya pudimos ver el Camp Nou. Qué gran Estadio.


El lugar era el asiento 008, en la fila 2, de la boca 413, que estaba ingresando por la puerta 34, que quedaba cerca al acceso 14. Lugar que, por la creciente emoción, nunca encontré, por lo que nos sentamos en unos asientos de “por ahí”, que los encontramos libres.


Yo me senté al lado de una señora que empezó a reclamarle a otra que los asientos estaban mal dados, me volví a ella y le dije –algo mareado por la altura, impresión y demás- que me disculpara pero es que era la primera vez que venía y no estaba seguro si es que era el asiento correcto. A lo que me dijo amablemente que no me preocupara, que su hijo, cuyo asiento era ese precisamente, ya no vendría así que no me preocupara –no pasa res, cap problema-. Solucionado ésto, lo que quedaba era disfrutar del espectáculo. El cual empezó pronto, a los 7 minutos con el primer gol del Barça. El grito de Gol! se convirtió en uno, en todo el coloso, los oídos no me dejaron de chillar con cada algarabío, con cada pifeada, con cada insulto, con cara barra alentadora.


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Me pareció increíble la gran afición que se vivía en todo el estadio, sin lugar a dudas el tiempo se estaba pasando muy rápido; la señora que estaba sentada a mi lado me daba la impresión de ser una periodista deportiva dedica al 100%. Ella con su amiga, comentaban y debatían los goles que se habían marcado hasta el momento por cada jugador a lo largo de la temporada, se sabían los cánticos ni bien se empezaban a escuchar los primeros coros, se sabían las barras, y cuando el árbitro les parecían un “gilipollas”, ellas eran las primeras en gritárselo. Qué tremendas. A su lado me sentía una adolescente que colecciona poster del Bieber.


Como comenté al iniciar este post, no me considero un “fanático” del fútbol, pero también considero que tengo el mínimo de hincha como para reconocer que cuando un equipo juega y lo hace bien, y al mismo tiempo que la emoción de cada jugada te pone la piel de gallina, ignorando hasta el mismo frío; hace a uno sentirse parte de él y a estar orgulloso de sus triunfos y al mismo tiempo lamentar y aprender de sus derrotas. “I ara, encara em costi reconèixer, el futbol, amb el Barça, és més que un club de fanàtics”.


[vimeo http://www.vimeo.com/18867964 w=400&h=300]

Camp Nou - Barcelona from Diego Ganoza on Vimeo.

domingo, 2 de enero de 2011

Intercambios de regalos, la ruleta rusa de un momento

En estos días de fiestas, de “regocijos”, de salidas y emocionantes encuentros, he estado revisando mi Facebook. En él he estado observando fotos de amigos y colegas que no veo hace ya buen tiempo. Muchos ya trabajando y pasándola de lo más genial. Y una de las cosas que más me ha llamado la atención son las publicaciones que han hecho de sus reuniones de “compartir”.


Este tipo de reuniones –el compartir- es un clásico. Se brinda panetón, chocolatada y/o gaseosas en vasos de plásticos. La gente come, comenta, se acuerda de anécdotas y las comparte con el resto. Luego, cuando alguien se anima, se empieza con la ronda de entrega de regalos de los amigos “secretos”, cuyo rol supuestamente lo han estado desempeñando durante las semanas anteriores.


Lo peculiar de este momento es que se trata de regalos que provienen de personas que “generalmente” desconoce tus gustos y aficiones, por lo que para conseguir algo que te gustase han debido de recurrir a mil y un formas insospechadas para que uno no se de cuenta sobre su rol inquisitivo, o simplemente adivinar.


Llegado el momento, la frase clásica siempre será “ojala que te guste” acompañada siempre de una sonrisa. Empiezas a abrir el regalo, previamente examinado por su forma y tamaño tratas de adivinar qué es. Una vez descubierto totalmente lo miras y ocurren dos cosas: o te gusta o no te gusta, creo que en la mayoría de los casos la gente cae en el segundo supuesto. Así que no queda otra de sonreír mientras se suelta un “gracias”.


Personalmente, hace ya buen tiempo que no acudo a un Compartir, será ocasión de organizar uno.


 


viernes, 31 de diciembre de 2010

Lo que se va, lo que se viene

He amado el 2010, también me enfadé con él en algunas ocasiones. Pero a fin de cuentas, ha sido un año de crecimiento, bueno. Las cosas estuvieron mejores que en los anteriores, debo admitirlo. Como en todos los años, he hecho muchas cosas y dejé sólo algunas. Definitivamente, mi vida ha cambiado rotundamente –bruscamente-.


Me gustaría mucho hacer recuentos, de todo, pero es ocioso, están en todos lados: periódicos, revistas, blogs, redes sociales, etc. Tuve la oportunidad de recibir el 2010 en Europa, al lado de la entonces mi novia –ahora, esposa-. Cenamos en familia y nos fuimos a un bar a tomar algunos tragos con unas amigas. Estuvimos un par de horas, salimos y un joven francés borracho y perdido nos preguntó acerca de la Estación del tren con un idioma francés sumamente alcoholizado. Obviamente, no nos entendió. Entre marroquíes que nos ofrecían latas de cervezas a un euro, bajamos al metro para enrumbar a casa. La noche anterior habíamos celebrado mi cumpleaños hasta tarde y estábamos ya algo cansados.


Regresé a Perú, hice nuevas amistades. Llevé nuevos cursos, seguí avanzando con la universidad. Llegó el mes de julio y me casé con una mujer maravillosa, bella por donde se le viera. Esperaremos dos años para el religioso. La segunda mitad del 2010 fue una etapa de espera.


Llegó diciembre, fui con mi hermano a dos grandes conciertos en Lima, se terminaron los exámenes finales y aquí estoy, terminando nuevamente un año en Barcelona. Este 2011 será distinto, será mejor y peculiarmente lleno de retos personales. Retos que me emocionan y me llenan de expectativa y pasión. Una vez más en el cuadrilátero de la vida a punto de entrar a “kumitear”!


 








domingo, 26 de septiembre de 2010

Hablando algo de procesos electorales -y de Avatar-

Considerando los eventos ocurridos y “publicados” en las últimas semanas sobre el presente proceso electoral municipal-regional, y por qué no: en todos los procesos electorales de nuestro país; vemos con lástima cómo la democracia plena que dice existir en nuestra sociedad, es fofa e incrédula reduciéndose a la simple actuación y voluntad de unos “cuantos” agentes. A qué me refiero?


A modo de ideas sueltas, de comentario, les cuento que años atrás conversaba con un amigo y discutíamos -al menos eso tentábamos- acerca del siempre porvenir político de nuestro país y de la también siempre reinante masa demográfica que, a fin de cuentas, sirve de palanca a los "cuantos” hacia el poder -entiéndase “cargos políticos”-. Pues hablábamos, para comenzar, de la historia, y nos dábamos cuenta de que los pocos gobiernos civiles que ha tenido nuestro país, la gran mayoría terminaba en fracasos -golpes militares-, o simplemente terminaban y mal. Y es que recién en los últimos 30 años -qué viejo me siento- como lógicamente muchos han terminado “razonando”, es que los gobiernos elegidos han podido cumplir su cuota periódica y democrática -al haber sido en un proceso electoral legítimo-.



Son entonces estos últimos gobiernos productos de ciclos complejos y movimientos populares que se van repitiendo de tanto en tanto, siempre a favor del candidato más querido, del más identificado con las “necesidades del pueblo”. Siempre pendiente e Identificando quién es de la Derecha, de la Izquierda. Lo bueno de lo malo, o viceversa. Al estar falto de memoria y relajado en una domingo casero, empezaré con el primer gobierno de nuestro actual presidente; y es claro que con el respaldo histórico y político que su partido representaba -representa- en nuestra historia, le otorgó una ventaja enorme sobe su contrincante en aquel momento, Alfonso Barrantes, dándole la victoria contundente.


Luego, en las elecciones de 1990, entre Alberto Fujimori y Vargas Llosa, en la que como sabemos, se identificó a éste último a la Derecho política y por ende: entendido por esa gran masa -la pobreza- como un desentendido sobre las necesidades que a ella les corresponde. Inclusive, por ahí hubo rumores que en un partido de fútbol, en el que asistieron ambos candidatos, Vargas se situó en un palco o lugar de visible importancia, rodeado de personas en terno; sin embargo, Fujimori se situó en las bancas, entre el “populorum” ganándose al momento el cariño y respaldo, los cuales le terminaron dando la victoria en aquel proceso electoral. Lo mismo en el 95, contra Pérez De Cuellar, tema aparte el de la dictadura y fraude que supuestamente envolvieron tal proceso electoral.


Pues vemos que el pueblo identifica al que está con ellos asemejándolo con su condición, ya que la gente que “son de tener” son personas “malas” y buscarán qué aprovecharse, concepto que no se encuentra del todo errado. La desconfianza como un problema, es un desencadenante en momentos cruciales en las contiendas electorales. Entonces otro problema complejo es cómo resolver este problema, claro está.


Luego, vino lo que ya sabemos, se derrumbó la mafia fujimontesinista. Entonces tuvimos en el 2001 a un persistente Alejandro Toledo, respaldo por una disque heróica marcha de los Cuatro Suyos y no sé qué diablos más, su vida como lustra botas y su éxito en Harvard, ejemplo clarísimo para nuestras generaciones, sí señor!; por lo que terminó ganando dichas elecciones presidenciales frente a un García Pérez aún repudiado.


Y finalmente, en el 2006, Lourdes Flores, identificada como de Derecha, gracias a un video y a declaraciones vertidas en ciertos programas televisivos -con la ayuda de su padre- , fue perdiendo terreno en el favoritismo de la masa electoral, mientras que García se ubicaba poco a poco al “centro”: ni con los ricos, ni con los pobres, a común entender. Y claro, por una Izquierda “rayada” estaba Humala, que gracias a su “simpatía y carisma”, a su modo de entender las cosas, a su forma de expresar sus ideas, y a cómo es que deberían de ser, hablaba el lenguaje del pueblo; es decir, expresaba lo que el pueblo quería a rajatabla, he ahí su victoria en primera vuelta. Pero felizmente, quién sabe quién no salió elegido a fin de cuentas -y esperemos que se repita ahora que ha anunciado su próxima postulación-. La forma cómo te identificas con el pueblo hace necesario que los candidatos creen sus Avatar frente a la sociedad: siempre sonriente, condescendiente, amable, bondadoso.


Bueno pues, al parecer la democracia en nuestro país es eso, la aceptación de la gran mayoría por un determinado candidato buena gente, a secas. Es triste, pues que la gran mayoría en nuestro país no es de condiciones favorables -hablo de nosotros, de su gente-, el Perú es un país pobre, pobre económicamente, pobre de ideas, de voluntad, de solidaridad. Que se están haciendo esfuerzos por salir adelante, sí. Que se están haciendo esfuerzos por cambiar, sí. Pero ello nunca será suficiente -eficaz- como para que podamos llegar a un grado de desarrollo tal que sea sostenible y permanente. Hemos visto como los diarios y la gente habla de un crecimiento económico en los últimos años, pero eso no sirve si al fin de cuentas quienes terminan asumiendo los cargos directivos no son los mejores preparados. Los cargos políticos son cargos administrativos, de gestión, de saber invertir para todos y para futuro. No son para gente que mejor caiga o que más regalos haga durante una corta campaña electoral. O si?


 








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